Villa Danica
Muy lejana de donde me asiento esta villa se encuentra escondida en un bosque de milenarios árboles y enfrentada por el oeste con extensas playas que por estas fechas se llenan de focas, gaviotines y uno que otro jote, estos penúltimos dedicados al acecho de su alimento preferido, “la vieja”, la vieja es un pez bastante seco pero dicen que da buen caldo. No tuve oportunidad de probarlo pero quizá en tiempos venideros cuando ya cumpla los 70 años me anime a un caldillo.
Poco se sabe de este lugar que queda en un insignificante país al norte de la antártica por el lado americano, su forma es como la de un espiral extendido y en el centro se encuentra este pequeño paraje rodeado de curiosas posadas que recuerdan sangrientas batallas con sable y garabato, fue tanta la sangre corriendo que salpico tiñendo esta blanca morada de curiosas manchas rojas dejando tan solo una cruz sin pintar en honor a los caídos.
Don Cristóbal de las Chilcas y Sanhueza fue el anfitrión quien me recibió al bajar de tren, con el salimos de casería junto a un compañero de armas; Don David y la Vaca, recorrimos extensas áreas en busca de presas pero la falta de animales tiernos en la comarca nos obligaron a la caza del marrano, abundante gordura y mal sabor los caracteriza pero cuando el hambre apremia que mas da un poco de sebo.
La residencia contaba con pieza para cada huésped en el octavo piso y en el primero dormía un viejo enfermo que nadie supo jamás su nombre, no se levantaba mas que al baño, poco comía y su cama estaba tras un biombo, oscuro lugar lleno de basura y remedios, por las noches se le oía maldecir a los mil demonios y llegada la mañana tan solo balbuceaba incoherencias.
Un extraño libro que data de hace mas de un siglo estaba sobre la meza, al mirar me di cuenta que era una bitácora del domicilio donde todo aquel que pasase dejaba ahí sus manifiestos, sorpresa fue la mía cuando encontré entre esas paginas unas fotografías pero una en particular capto mi interés, era un tipo que vi de reojo y se reía como queriendo captar mi atención, por un momento pensé haberlo visto en alguna vida pasada. Avance a la siguiente foto con la incertidumbre de su rostro en mi memoria y regrese a descifrar el enigma, mi cara de asombro no cabía en ese lugar, el tipo de la foto era mi padre al cual un par de días atrás visite yo mismo en el camposanto, en la moderna fotografía se le ve con extraños ropajes que recién este año se estrenaron en Europa eso me intriga ya que el murió hace 5 primaveras, como es posible esto como llego esta imagen hasta ahi... no lo se.
Lindos paisajes recorrí y bebí una estupenda cerveza de malta tostada que mantuve toda la noche helando en un riachuelo del sector, don Cristóbal acompaño con cánticos y poesías la espera de su hermana Magugu quien arribaba en el próximo tranvía .Había un silencio que de cuando en cuando lo rompían las carretas y algún perro aullándole a las estrellas, nada mas se movía solo las alas de una mosca desviaban la atención de mi botella.
Agradezco la invitación y espero que dentro los próximos 20 años ya este lista la línea que comunique mi pueblo con villa Danica, es un largo recorrido en carromato que tarda 15 noches hasta la capital y de ahí son otras tantas en tren pero sin duda merece la pena, quien sepa algo mas de este lugar que lo diga y lo comente, me despido y que dios los bendiga.